Además de tener el nombre de ciudad más bonito del mundo,
París es la capital de
Francia y hoy ha dicho 'No' a la Constitución Europea. Desde todos los frentes el análisis es claro: bofetada a Europa, a la Unión. Hay quien ha dicho que la Constitución ha muerto...
Aquí se votó 'Sí' yo creo que más por respeto a la autoridad que por otra cosa. Lo decían los grandes partidos y España siempre ha estado cobijada por los fondos de cohesión, luego el 'No' tenía pocas opciones. Pero las constituciones nunca han sido muy sociales y (dicen, yo no la he leído, mal que me pese) ésta tampoco lo es.
Repito, aquí asentimos por respeto a lo establecido, pero
París, pero Francia, como tantas veces, se ha desmarcado. Quizá para castigar a Chirac, pero se ha desmarcado. Ahora toca pensar qué hacer, claro.
Me gusta esa cualidad intrínseca de 'lo francés'. Son como los gatos: muy suyos, independientes, en cierta manera fríos, pero a la vez leales,
legales. París perdió la capitalidad mundial hace muchos años, en teoría, y no estamos ya en tiempo de revoluciones. Pero quien tuvo, retuvo; me gusta pensar, porque le tengo mucho apego, que a veces París despierta y es capaz de unirnos a todos. Me fío más de ellos que del Tío Sam.